
|

|
Bugei Tetsuka
Desde los comienzos de las artes marciales el aspecto filosófico/ espiritual
siempre a estado ligado a éstas, las cuales eran denominadas Bujutsu ó Bugei, pero en el periodo Edo (1603-1867) se cambia
el contenido de la palabra Bujutsu a Budo, esto se produce al resultar este periodo de relativa paz, lo cual hizo acentuar
aún más el aspecto filosófico/ espiritual y conllevó a dar más importancia a éste que al aspecto de la eficacia de las técnicas,
pero aún así, en el Budo la eficacia va unida secundariamente.
El Bujutsu persigue la Noble lucha del Guerrero, en nuestro camino formamos nuestro carácter y
personalidad para mejorar como ser humano y hombres de elevado rango espiritual, al igual nuestro cuerpo se condiciona desarrollando
nuestros sentidos y capacidades físicas; el cuerpo y la mente siempre van unidos, al entrenar el cuerpo también la mente es
entrenada y viceversa, por ello, es necesario practicar los aspectos físicos, morales y espirituales al unísono.
Es difícil explicar como una persona que estudia Artes Marciales es tan Noble y Disciplinada,
ya que exteriormente para la gente, estas son una pura técnica de combate, pero interiormente es una forma de superación ante
nuestras debilidades y limitaciones mentales y físicas; la práctica hace ver al practicante lo innecesaria que es una confrontación,
llegando a concluir que lo principal y mas importante es el entendimiento mutuo y la armonía; en el entrenamiento se llega
a desarrollar ese poder interior que desconocemos, llegando a dar de sí mismos más de los que creíamos, veremos como nuestra
voluntad y esfuerzo se ponen a prueba para superar los obstáculos y seguir en los momentos de extremo sufrimiento, agotamiento
y presión, el Bujutsu-ka deberá ser fuerte tanto mental como físicamente y no abandonar jamás su propósito o problema; podremos
esquivar el problema o el ataque, pero si no nos enfrentamos a él, tarde o temprano volverá y puede que más fuerte.
El dominio y control de la mente es desarrollado mediante la práctica con nuestros compañeros,
ya que están ahí para ayudarnos, animarnos y avanzar junto a ellos en nuestra tarea, no para criticarnos, desmoralizarnos
o competir con ellos; en la práctica del Bujutsu el enemigo no es nuestro compañero, el enemigo es nuestro propio "ego", el
compañero será un amigo dispuesto ha progresar con nosotros en la práctica de las técnicas y el combate, con estos entrenamientos
debemos aprender a superar nuestras limitaciones físicas y mentales, como deshacernos del miedo, el odio, la envidia, la cólera
y esos malos sentimientos que se apoderan de nosotros, y dominar nuestra coordinación, el equilibrio, la adaptación de nuestros
movimientos al enemigo, la acción adecuada, etc..., en eso consiste nuestra lucha interior y esos son nuestros peores y más
fuertes enemigos con los que hay que tener el valor, el coraje y la voluntad de luchar y hacerlos débiles ante nosotros.
Como se ha descrito, el Bujutsu comienza con el estudio de
la técnicas de la guerra, la búsqueda de uno mismo y este debe continuar con el hallazgo de la Iluminación (Satori) ó Despertar
Espiritual (Kaigen), en este estado se conoce la esencia y la comprensión de la vida y la existencia, la cual se halla dentro
de nosotros mismos, pero divulgar esta filosofía sin practicarla de corazón sería algo vacío y sin sentido, por lo que espero
que nuestros pensamientos, palabras y acciones sean las mismas, las más correctas y adecuadas.
esta imformación es recopilada
DIRECTRICES PARA CAMINAR CON CAUTELA
1. Mantener el control de equilibrio permitiendo al peso del cuerpo hundirse y ser llevado por
las rodillas las que se llevan profundamente dobladas.
2. Recuerde respirar con su movimiento, ya que Inconscientemente su respiracion puede producir
una innecesaria tensión del músculo que podría causar la liberación de jadeo al respirar, si está asustado o accidentalmente
desequilibrado.
3. Permanesca alerta durante todo el trayecto. Trate de no clavar la mirada en sus pies, ya que
si lo hace, no notará si otras personas o elementos, entran en el entorno.
4. Use todas las articulaciones para moverse, acentuando la fluidez en todo el conjunto de tobillos,
rodillas, y caderas para avanzar. Evite el hábito perezoso y peligroso de rodillas rígidas y el balancear de la pierna
entera desde la cadera.
5. Mantenga su peso y equilibrio sobre su pierna conectada al piso, mientras la otra se coloca
en posición para llevar el peso. Cuando se produsca el silencio absoluto, evitar distribuir su peso sobre ambas piernas
al mismo tiempo.
6. Es práctico, permitir a las manos flotar ligeramente delante y al lado de su torso, un brazo
más alto y uno más bajo, para detectar posibles obstrucciones antes de que el peso del cuerpo los encuentre.
7. Detenerse y mantener su posición si siente que accidentalmente ha causado demasiado ruido.
Escuche por signos que le indiquen si lo han oido, como el movimiento de otros o el hacer callar de inmediato el ruido
de fondo después de su resbalón. Húndase un poco más abajo, sobre sus rodillas, para relajarse físicamente, lo que normalmente
podría brincar en su cuerpo con alarma. Tome un profundo respiro y libérelo despacio para relajarse. Mantenga su detención
mientras recupera la calma y permite a los posibles oyentes decidir que ellos no oyeron nada después de todo.
8. Sea tan paciente como sea posible. Si la velocidad del viaje no es importante, tómese todo el
tiempo que pueda. La impaciencia y el movimiento precipitado son los peligros más grandes para la persona que debe moverse
silenciosamente sin ser detectado.
9. Mantenga un movimiento apropiado a su entorno. No vaya a longitudes más grandes que las necesarias
para ocultar su movimiento, permanesca alerta de la entrada de otros en el area para que no puedan verte. El silencio total
no es necesario moviendose por áreas boscosas o densamente pobladas donde el ruido dispersado es parte natural del ambiente.
También esté consciente de avanzar lento y con un bajo perfil(poco prominente) ya que es el único modo de moverse silenciosamente
sin ser visto en algunos lugares.
Extracto de " Las Artes Místicas del Ninja " por Stephen K. Hayes.
Ten Chi Jin
Los conceptos del Cielo (Ten),
la Tierra (Chi) y el Hombre (Jin) son utilizados en las artes marciales en muchas referencias sobre los desarrollos y cualidades
de cualquier practica ó camino, son 3 etapas de perfeccionamiento en cuestión, y en ella se encierran conceptos naturales
y filosóficos como significado simbólico del proceso.
Ten (Cielo):
Es el inicio de todo, es lo primera manifestación etérea de la naturaleza, de ahí nacen las demás formas materiales del universo;
el por tanto la primera etapa de toda creación, siendo la base necesaria para el siguiente paso; se describe como aquello
que está “más allá de la forma”, superestructura universal que forma la naturaleza esencial de todo en la existencia,
no perceptible por los sentidos. Representa el aspecto dual de In (yin).
Chi (Tierra):
Es la continuidad del desarrollo del universo, la creación de la materia ha llegado tras el cielo, es la etapa media del desarrollo
universal, y es la etapa con la que se comienza una perfección no acabada, se describe como aquello que aparece ante nuestros
sentidos físicos, como el disfraz necesario para que la esencia sin forma (Ten) pueda tener existencia física. Representa
el aspecto dual Yo (yang).
Jin
(Hombre): Es el final del desarrollo universal, el cielo y la tierra se funden en uno (In Yo/ Yin Yang) y crean al
hombre, éste en su función es el hijo de la naturaleza, la expresión del equilibrio perfecto, el hombre capacita y utiliza
las fuerzas del cielo y la tierra en su mejor forma mediante el conocimiento perfecto de la sabiduría universal, desarrollando
el fin adecuado a las necesidad y cambios, con ellos se adapta a todo y hace que éste sea Uno con todas las cosas y los seres.
El Cielo y la Tierra dan vida al Hombre, le dan calor y frío, le dan el agua y la comida sembrada de la tierra, le dan los
materiales y minerales para trabajar y sobrevivir.
PRINCIPIOS DEL NINJUTSU
El principio
máximo en Ninjutsu es llegar a tener el "corazón benévolo", en Japón se dice NINJA KO NO KOKORO y poder vivir acorde con estos
diecisiete preceptos.
KO NO KOKORO (CORAZON BENEVOLO)
1. SERENIDAD:
Sé tranquilo en tu interior. Deja que esa paz y esa alegría interior irradien a través de un semblante sereno. Un semblante
sereno es pacífico, sonriente y serio y no muestra ninguna emoción violenta. Es como la superficie de un lago en calma.
2. REGULARIDAD:
Sé regular en tus hábitos diarios, en tus prácticas espirituales y en tu trabajo. Levántate siempre a la misma hora. Sé puntual
en tus actividades. Eso te liberará de preocupaciones y ansiedades. Harás siempre lo correcto en su justo momento.
3. SINCERIDAD:
Deja que tus palabras coincidan con tus pensamientos. Deja que tus acciones coincidan con tus palabras. Deja que haya armonía
entre tus pensamientos, palabras y acciones.
4. SIMPLICIDAD:
Sé natural. Habla con sencillez. No retuerzas las palabras ni los tópicos. Sé llano. Evita la diplomacia, el disimulo y la
sinuosidad. Viste con sencillez. Come con sencillez. Hazte como un niño.
5. VERACIDAD:
Sé veraz. Cumple tus promesas. No exageres. No retuerzas los hechos. Piensa dos veces antes de hablar. Habla dulcemente. Sé
preciso en lo que dices.
6. AUSENCIA
DE VANIDAD: No alardees de tu nacimiento, posición, cualidades o logros espirituales. Recuerda la naturaleza evanescente
de todas las cosas. Elogia a otros. Ve a Dios en todos. Trata incluso a la más pequeña de las criaturas como a tu igual.
7. NO
IRRITABILIDAD: La irritabilidad es precursora de violentas explosiones de cólera. Vigila las alteraciones del equilibrio
mental. Observa las pequeñas olas de cólera que riegan el lago de tu mente. No permitas que adquieran grandes proporciones.
Entonces alcanzarás un estado de no irritabilidad, de paz y amor.
8. ECUANIMIDAD:Ten
calma. Soporta pacientemente el insulto, la injuria, el sufrimiento, el fracaso y la falta de respeto. No te ensoberbezcas
con la alabanza, el éxito y los honores. En ambas situaciones mantén una actitud equilibrada. Obra igual con los amigos y
con los enemigos. No dejes nunca que algo perturbe tu paz interior.
9.
FIJEZA: Recuerda que una mente inconstante no tiene posibilidad de alcanzar nada. Despierta tu discriminación. Elige
tu ideal. Tenlo siempre presente. No dejes que tu mente se aparte de él ni un sólo momento.
10. ADAPTABILIDAD:
Comprende la naturaleza de las personas con quienes has de estar en contacto. Ajusta tu modo de ser y tu conducta hacia ellos,
de tal manera que puedas agradarles. Soporta alegremente las excentricidades de otros. Reacciona siempre de modo armonioso.
Sirve a todos. Ama a todos.
11. HUMILDAD:Respeta
a todos. No eleves el tono de voz delante de personas mayores o venerables. Todos confiarán en ti. Todos te obedecerán, te
respetarán y te reverenciarán. No consideres a nadie como inferior a ti.
12.
INTEGRIDAD:Desarrolla una personalidad íntegra. Recoge todos los cabos sueltos de tu carácter. Hazte hombre de elevados
principios morales. Lleva una vida recta. Deja que emane de ti.
13. NOBLEZA:Huye
de las bajezas de la mente como del veneno. Nunca consideres los defectos de otros. Aprecia sus buenas cualidades. Nunca te
entregues a los malos pensamientos, palabras y acciones.
14. MAGNANIMIDAD:
Considera a todas las cosas con mente abierta. Ignora los defectos de otros. Sé noble y abierto en cuanto hagas. Evita las
charlas inútiles y el palique. No dejes que tu mente permanezca en cosas pequeñas.
15. CARIDAD:
Da, da, y da. Irradia tus pensamientos de amor y de buena voluntad. Perdona a tu prójimo. Bendice al hombre que te injuria.
Comparte lo que tienes con todos. Alimenta y viste a todos. Disemina el conocimiento espiritual. Utiliza los bienes materiales,
el conocimiento y la sabiduría espiritual que poseas como un don divino.
16. GENEROSIDAD:
Sé liberal cuando des. Ten un corazón amplio. No seas miserable. Deléitate con las alegrías de otros y en hacer felices a
otros. La generosidad es una virtud hermana de la caridad. Es la culminación de la caridad, la magnanimidad y la nobleza.
17.PUREZA:
Sé puro de corazón. Elimina la lujuria, la cólera, la avaricia y otras malas cualidades. Sé puro en tus pensamientos. No dejes
que entren en tu mente malos pensamientos. Piensa en el bienestar de todos. Sé puro en tus palabras. Nunca pronuncies palabras
vulgares o groseras. Sé puro también con tu cuerpo. Manténlo limpio. Mantén tus ropas y tus alrededores limpios. Observa las
normas de higiene física, mental, moral y espiritual.
CONSEJOS DE GRANDES MAESTROS
1. Conoce la
virtud de la paciencia durante el tiempo de la inactividad.
2. Escoge el
curso de la Justicia, como patrón de tu vida.
3. No dejes
que tu corazón sea controlado por la influencia del placer, deseo o dependencia.
4. Desgasta
el resentimiento sin acontecimientos naturales, que asolan el espíritu humano, para cultivar el espíritu inmóvil.
5. Alienta en
tu corazón la importancia de la lealtad para con la familia, y continúa el estudio de las Artes Marciales con determinación
y firmeza.
SHINRYUKEN MASAMITSU TODA 32 SOKE TOGAKURE RYU
VIRTUDES
1. GI:
La decision Justa, la actitud Justa, la verdad.
2. YU:
La bravura con un cariz de heroísmo.
3. JIN:
El amor por todo el Universo, la benevolencia hacia la humanidad.
4. REI:
El comportamiento Justo.
5. MAKAMOTO:
La sinceridad total.
6. MELYO:
El honor y la gloria.
7.
CHUGI: La devoción y la lealtad.
LAS TRES LEYES
KI KI O JI: Nunca mirar hacia abajo al
oponente, ni subestimar sus habilidades. No tener miedo antes del enfrentamiento debido a la reputación del oponente.
FU TAN REN: Nunca vacilar de entrar en
acción, cuando tuviera ocasión de obtener éxito. No tener miedo a causa de una inadecuada o mala preparación de uno mismo.
MI KUZE RE: Nunca temer al enemigo, ni
actuar con escasa confianza. No tener miedo por la apariencia física y fortaleza del oponente.
LAS TRES ETAPAS
SU: El principiante debe copiar correctamente
todas las técnicas de su maestro.
HA: Después de varios años de práctica
y entrenamiento, cuando el alumno ha conseguido un alto grado de maestría, le es permitido desarrollar y mejorar nuestras
técnicas, a excepción de las técnicas básicas.
RI: La máxima perfección: después de
una serie de años de entrenamiento para en HA, el alumno debe ser capaz de desarrollar todas las formas automáticamente, sin
detenerse a pensar cada movimiento.
DECALOGO NAKAYAMA
1. No subvalorar
nunca al adversario. Se debe pensar siempre que es muy peligroso.
2. El aprovechamiento
del peso del cuerpo y la rotación del tronco son las claves para evitar el ataque de un adversario, al cual se debe situar
en una posición ideal para el contraataque.
3. Para obtener
la máxima eficacia, se debe girar el cuerpo como si se tratase de un bloque y no de partes diferentes.
4. Si el terreno
es desigual, es imposible desenvolverse como se quisiera. Se debe entonces recordar que basta un pequeño movimiento afianzando
las piernas y la rotación de la cadera para estar en posición de defensa.
5. El cuerpo
actuará con eficacia, si las técnicas aprendidas se apoyan en una base sólida.
6. Se debe coordinar
la parada y el ataque al contrario con el movimiento de las piernas y el afianzamiento del baricentro del cuerpo.
7. No se puede
responder a una fuerza superior con la propia fuerza, sino que se debe armonizar con la acción del cuerpo y dirigirla, para
conseguir alguna ventaja. " Afrontar siempre al enemigo, pero nunca su fuerza " dice la principal regla del arte marcial.
8. Intentar
lanzar el contraataque hacia las partes anatómicas vulnerables del enemigo, no hacia las más resistentes.
9. Tras el contraataque,
no perder de vista al enemigo, continuar alerta: podría intentar otro ataque.
10. El contraataque
no debe ser demasiado a fondo para no incurrir en el riesgo de la propia integridad y no quebrar la natural armonía del Universo,
de donde se deduce que debe ser proporcional a la situación. 
|

|

|

|

|

|

|

|

|

|

|

|

|

|

|

|
HISTORIAS
LA PARÁBOLA DEL GALLO
Un rey que deseaba poseer un poderoso gallo de pelea pidió a uno de sus
súbditos que le adiestrara uno. El súbdito enseñó al gallo las técnicas del combate. Al cabo de diez días preguntó
el rey: ¿Podemos organizar una pelea con ese gallo? . El instructor contestó: ¡No! ¡No! ¡No! Es fuerte, pero su fuerza
está vacía. Está excitado y su fuerza es efímera. Diez días después, el rey volvió a preguntar: ¿Podemos ya organizar esa
pelea? ¡No! ¡No! Todavía no. Sigue mostrándose pasional y siempre dispuesto a pelear. Cuando oye el canto de otro gallo, incluso
el de una aldea cercana, monta en cólera. Transcurridos diez días más de adiestramiento, el rey preguntó una vez más: ¿Es
posible ahora? Y contestó el instructor: Ahora ya no se apasiona. Si oye o ve a otro gallo, permanece tranquilo. Su actitud
es la exacta, y su vitalidad sigue siendo poderosa. Ya no monta en cólera. La energía y la fuerza no se manifiestan en la
superficie. Entonces, ¿está preparado para una pelea?, siguió el rey, y el instructor contestó: Podría ser. Se trajeron numerosos
gallos de pelea y se organizó un torneo. Pero los gallos de pelea no podían acercarse a aquel gallo. Huían de él espantados.
Así pues, no hubo necesidad de combate alguno. El gallo de pelea se había convertido en un gallo de buena pasta. Había sobrepasado
el entrenamiento en técnicas de lucha. Poseía interiormente una tremenda energía que no se exteriorizaba. El poderío le era
ya algo propio, y los otros no podían sino inclinarse ante su tranquila confianza y su verdadera fuerza oculta.
Cambio de mente
La figura vestida de negro trepó gradualmente por encima del muro que rodeaba el jardín
tranquilo y se dejó caer sin ruido al suelo. Apretó la espalda contra el muro ensombrado y se quedó inmóvil mientras esperaba
que sus ojos se acostumbraran a la oscuridad. Miró al cielo y dio las gracias a los dioses por haber mandado unas nubes negras
para cubrir a la luna.
Mientras su ojos no pudiesen ayudarle, forzó a sus oídos para detectar cualquier sonido
de peligro y olfateo el aire para los olores humanos. Satisfecho que los guardias no le habían visto ni oído, se desplazo
cuidadosamente a lo largo de la pared, sus sandalias forradas amortiguaron el sonido de sus pasos. Se agarró con una mano
a la espada corta, colgada de su espalda, para prevenir que chocara contra las piedras salientes.
A la medida que sus ojos se acostumbraban a la oscuridad, pudo detectar la silueta de
la construcción de madera y tejas de barro que era el palacio del señor de la guerra Nakamura. Había entrado al jardín en
su punto más próximo a la casa, pero todavía le faltaba una gran distancia para llegar al lecho del señor Nakamura.
Acercarse a la casa no sería fácil. Aunque estaba escondido en la oscuridad, él
sabía que había un estanque grande, salpicado de islitas pequeñas, que debía ser cruzado. El puente estrecho estaría guardado
y sería un obstáculo formidable. Y aunque habría árboles alrededor de la ruta que tomara que pudieran seguirle para esconderse,
estaría en campo abierto durante la mayor parte de la distancia y podría ser visto si la luna saliera de las nubes.
Escucho los sonidos de los grillos y respiró profundamente el olor dulce de los
crisantemos en flor mientras sacaba el alambre delgado y largo del fajín alrededor de su cintura. Mataría esta noche. Mataría
más que una vez en este escenario que parecía más apropiado para la contemplación de la vida y la belleza. Se envolvió las
extremidades del alambre alrededor de los guantes que cubrían sus manos, se agachó muy bajo y empezó a moverse hacia el palacio.
El sSe vistió un
kimono sencillo blanco que colgó sueltamente sobre su figura macilenta. Su pelo, tan oscuro como la noche, estaba desatado
y llegó pasado sus hombros. Sus ojos eran fríos, sus labios delgados y crueles. Su cara era el espejo de sus muchos años como
un señor de la guerra. No se reflejaba allí ningún signo de piedad ni compasión.
“Está allí fuera, ¿verdad?” – dijo como si fuera pensando el voz alta.
“Me está mirando en este mismo momento.”
Su samurai más confiado se acerco hacia su señor, manteniéndose cerca de la pared para no ser visto por alguien desde
el jardín.
“Es la hora que acordamos, “ –susurró. “Él ha sido bien pagado. Estoy seguro que está allí
ya.”
Nakamura cerró el panel y entró de nuevo en la habitación.
“¿No hay ninguna posibilidad que los guardias sepan que viene?, no le deben parar antes de alcanzar esta habitación.”
“Solamente usted y yo sabemos del arreglo, “ – le aseguró el samurai.
“Los guardias fuera de su habitación han sido informados que usted había tenido una visión de la muerte y que deben
estar aún más alertas. Dentro de poco les llamaré aquí dentro de su habitación y les ordenaré a quedarse conmigo a su lado
a lo largo de la noche. También ordenaré que uno de ellos ocupe su cama. No dejaremos nada a la suerte. En lo referido a los
guardias del jardín, no les han dicho nada.”
Nakamura indicó su entendimiento con la cabeza mientras se sentaba enfrente del taburete
pequeño de vestir cerca de su cama.
“Me ha servido usted bien.” –dijo sin mirar hacia arriba. “Ahora dígame,
¿quién es este ninja que usted ha alquilado para matarme?”.
“Su nombre es Tahishi” –dijo el samurai. “Es de Iga y ha hecho
muchas hazañas notables. Era él quien penetró el Kogushu del Palacio Imperial y trajo noticias de los planes del Regente Nobunaga
por medio de escuchar inadvertido la reunión que mantuvo con sus señores de la guerra.
“Ha matado muchas veces y ha servido a muchos señores de la guerra. Hasta el propio
Nobunaga le ha empleado.“
“Entonces a elegido usted bien al hombre correcto,” –dijo Nakamura. “Es
bueno que Nobunaga le reconozca cuando enseñemos su cuerpo y los samurais que ha matado en su intento de asesinato. Nobunaga
nunca creería que tan meritorio ninja era parte de un complot diseñado por mi. Tal evidencia le convencerá al Regente que
tengo peticiones justas contra el señor Nagamasa. Creerá que Nagamasa mandó a Tahishi a matarme y no se interpondrá en mi
camino cuando busque la venganza. Dentro de poco controlare las tierras y riquezas de Nagamasa y estaré el segundo a Nobunaga
en el poder. Y tal vez, algún día, mi poder podría exceder al del Regente.
“Solamente siento tristeza,” –añadió Nakamura sarcásticamente, “porque no
podré premiar a este meritorio ninja por el gran servicio que me hace al intentar asesinarme.”
Tahishi alcanzó el primer guardia antes que pudiera dar la alarma. La gaza de alambre fina
se pasaba por encima de su cabeza y, tirando fuertemente alrededor del cuello, atravesó fácilmente su carne y casi cegó la
cabeza del tronco. Una mirada de sorpresa se congeló en la cara del guerrero mientras el ninja le bajó lenta y sigilosamente
al suelo. La tranquilidad el hermoso jardín apenas había sido perturbado.
Tahishi retiró el alambre y lo puso alrededor de su cintura debajo de su obi (fajín).
No prestó ninguna atención al samurai joven y muerto, cuya sangre filtro de la herida fina y empapo la tierra. Esta muerte
ya era del pasado. Nunca más debería ser considerado. Ahora él debía ocuparse solamente del próximo obstáculo.
El segundo guardia estaba más alerta. Estaba situado cerca del puente que cruzaba el
estanque, su cabeza moviéndose lentamente de un lado para otro a la medida que escudriñaba el jardín, su mano derecha posaba
encima de la empuñadura de su espada larga. Era un hombre grande con hombros fuertes y anchos. Será un oponente formidable,
pensó Tahishi, uno que a lo mejor no podría vencer en un combate libre. La astucia, no la fuerza, sería necesaria para conquistar
a este hombre.
Escondiéndose detrás de los cipreses, Tahishi podía acercarse hasta unos diez
metros del guardia. El estanque prevenía que el ninja pudiera rodearle. Y no podía acercarse de frente sin ser visto. Habrá
que desviar su atención y luego cruzar estos últimos diez metros antes de que pueda recuperarse el samurai.
Rápida y silenciosamente el ninja se desnudó. Eligió de su arsenal dos shaken y una
navaja afilada, que colocó en sus dientes. Se preparó contra el árbol que le escondía, apuntó cuidadosamente y envió el primer
shaken silbando hasta el poste del puente, cerca de la cabeza del samurai. Asustado, el guardia giró hacia la dirección del
ruido, presentando así la parte trasera de su cabeza a Tahishi.
Un instante después, el segundo shaken salió de la mano del ninja... y logró su objetivo,
el área blanda del cuello a la base del cráneo del samurai.
Tahishi empezó a correr al momento que la estrella puntiaguda estaba en el aire. El ninja
sabía que los shaken no mataban. El choque inicial pasará rápidamente y el samurai podría recuperase suficientemente para
pedir socorro. Debe ser detenido silenciosamente y deprisa. El grito no debe salir de su garganta.
Tahishi se dirigió rápidamente a través del claro y saltó encima de la espada samurai, una
mano cercando su cabeza para tapar la boca, mientras la otra mano llevo la navaja afilada al cuello. El cuerpo del samuirai
se estremeció violentamente a la medida que su vida surgió de la herida. Sus brazos se sacudieron frenéticamente mientras
intentó librase del ogro invisible de su espalda, pero Tahishi aguantó con toda su energía, manteniendo tapada la boca del
samurai mientras su fuerza disminuía para que el único ruido que escapara de su cuerpo fuera el gorgoteo grave y suave de
la muerte.
Tahishi se cayó agotado al lado del cuerpo de su segunda victima. Sintió unas dolencias agudas
en su pecho y hombros y se dio cuenta que también tenía heridas. El shaken clavado en el cuello del samurai había hecho unos
cortes profundos en sui cuerpo durante la lucha.
Baño sus heridas en el agua fresca del estanque y aplicó unas hiervas curativas que llevaba
consigo antes de vestirse. Ahora deseaba que su misión hubiera terminado. Le hubiera gustado dejarlo ya pero había hecho su
juramento y le había pagado bien.
Cruzando el puente, Tahishi atravesó la distancia hasta el palacio muy velozmente y sin interferencias.
El lecho de Nakamura era fácil de localizar. Le había informado con exactitud el samurai le pagó pos sus servicios.
Se arrastró cerca de la delgado pared y se tumbó postrado durante mucho rato, escuchando
con sus oídos entrenados para los ruidos que emanaban de la habitación. Cuando niño, había pasado muchos meses retirado en
los bosques y había desarrollado un sentido tan agudo de audiencia que podía escuchar con facilidad el ruido de una hoja cayéndose
o de un pequeño insecto gateando sobre una hoja de hierva.
Mientras escuchaba, oyó la respiración rápida que alguien al izquierda de la entrada
del jardín al lecho. Era demasiado acelerada para ser alguien que dormía. De la derecha oyó el ruido del cambio de postura.
Había más de una persona en la habitación. Había otros ruidos, más tenues, desde otras partes del lecho. Eran tres, cuatro,
no, cinco personas en la habitación. Todas despiertas. Todas alertas. Todas esperándoles. Era una trampa.
El número de oponentes nunca le había importado a Tahishi. Se había enfrentado y vencido
a mayores ventajas en sus comisiones en el pasado. Pero había estado preparado en aquellas ocasiones. Esta situación nueva
le cogió totalmente por sorpresa. No había esperado la traición. Y ahora su mente corría par encontrar la forma de completar
su misión con éxito y vivir.
Estarán descalzos, se dijo así mismo, para moverse silenciosamente. Y si hay alguien
ocupando la cama en la habitación, no será Nakamura. No se arriesgaría tanto, aún con cuatro hombres para protegerle. Por
supuesto Nakamura estaría allí para atestiguar mi muerte, pero buscará su refugio en el rincón de la habitación más alejado
de la entrada y la cama, y tendrá, muy probablemente, su samurai más fiel a su lado para defenderle en el supuesto que algo
falle en su plan.
Entonces serán tres los que habrá que considerar: uno en la cama y uno a cada lado de
la entrada al jardín. El de la cama se quedará allí para llamarme la atención cuando entre en la habitación. Entonces el ataque
vendrá desde los dos de la puerta. Tendré que eliminarles primero. Luego tendré que deshacerme del de la cama antes que pueda
ponerse de pie. El samurai que custodia al Nakamura será el próximo y por último eliminaré al gran Señor.
Desde la gran bolsa de tela que colgaba de su hombro, Tahishi retiró diez idagama, pelotas
redondas con muchos puntos afilados, cada uno tratado con un veneno mortal. Los colocó en un diseño en el suelo delante de
la entrada.
Silenciosamente y cuidadosamente, se subió arriba, debajo de los aleros del techo bajo que
cubría el portal. De la chaqueta de su gi, sacó una cerbatana de junco, corta y delgada, e insertó un dardo venenoso en un
extremo. Colocando la cerbatana en su boca y agarrandola con los dientes, luego sacó su espada corta de la vaina atada sobre
su espalda. Había una cosa más que hacer antes de entrar en acción. Puso su navaja en la manga derecha para que cayera en
su mano al sacudir su muñeca.
Ahora estaba listo.
Enganchando sus piernas alrededor de una viga de cedro en los aleros, bajaba hasta que
colgaba con su cabeza hacía el suelo y que pudiera alcanzar el panel de la entrada, 30 cm. Por encima de ellos. Asiéndolo
con fuerza, dejó escapar entres sus dietes cerrados, un grito horripilante y arrancó la puerta abierta.
Se levantó presurosamente mientras los dos samuráis que guardaban la entrada, se precipitaron
al jardín para encontrar al intruso. Lo único que encontraron fueron las mortalmente envenenadas idagamas que cortaron sus
pies indefensos. Mientras gritaban en su agonía. Tahishi se basculaba hacia abajo hasta la puerta abierta, colgándose como
un mono por su rabo, sus agudos ojos encontraron la cama y el sorprendido samurai dentro, apoyándose en su codo. Agarró la
cerbatana entres sus dientes, apuntó rápida pero cuidadosamente y envión un dardo venenoso al ojo abierto del guerrero.
Adentrándose en la sala, con su espada en la mano izquierda, Tahishi rodó a través del
suelo, sacudiendo su muñeca para poder coger el punto de la hoja de su navaja entres los dos primeros dedos y el pulgar de
su mano derecha.
Sus ojos agudos pronto localizaron al señor Nakamura en el rincón más alejado de la habitación,
agachándose tras el samurai restante. El brazo derecho de Tahishi cortó el aire y su navaja se enardezó de un lado a otro
de la habitación y se hundió en el pecho ancho del guardia.
Terminó la acción en segundos. Cuatro hombres muriéndose o ya muertos, y Nakamura impotente
y a su merced.
Tahishi cruzó la sal velozmente, su espada corta alzada para matar. Nakamura se apretó al
rincón, buscando un refugio que no existía, sus ojos dilatados por el miedo.
“No puede matarme,” -chilló. “Usted está a mi servicio. Fui yo quien le pagó.
Le ordenó que baje su espada.”
Tahishi sonrió mientras indicó con la cabeza al samurai muerto tumbado a los pies de Nakamura.
“Su sirviente me pagó bien, y, de acuerdo, estoy a su servicio. Acepto su cambio demente
y no le mataré, tal y como me ha ordenado, para que puedo, de buena fe, retener sus honorarios por mis servicios.“
“Sin embargo.” –continuó Tahishi mientras bajo la espada encima de la cabeza y
defensa del señor de la guerra, “también el señor Nagamasa me ha pagado bien, y sus ordenes son que usted debe morir.“

Viejo
Samurai
Jingaro
sentado confortablemente delante de la chimenea se encontraba rodeado por sus juveniles nietos. Había servido en el Ejército
del Emperador por largos 20 años recibiendo los más altos honores por sus meritorios servicios en los campos de batalla. Comenzó
como simple soldado hasta convertirse en sabio y respetado consejero no sólo en asuntos militares sino de alta política.
Ahora,
cargado de medallas y de años, pasaba las horas recordando su vida y experiencias para sus traviesos nietos, los cuales se
deleitaban al escuchar las entretenidas historias, las cuales enriquecían su cultura y conocimientos, claro está, a menudo
interrumpían a su abuelo consultándole acerca de tantas parábolas. Como el caso, cuando uno de sus nietos exclamó... ¡Abuelo,
no puedo comprender el sentido! -¿Qué es lo que no entiendes Hara... replicó el venerable anciano.
-¿Por qué abuelo
el Samurai, confió en eel otro hombre... Cómo podía saber que era una buena persona... Es que algunas veces debemos usar otros
caminos, si queremos tener éxito en nuestras apreciaciones.. Abuelo? ¿Cómo puedes conocer lo que no se puede ver?
El
anciano lo tomó afectuosamente, lo atrajo hacia sí y le acarició su cabeza mientras le decía... -Cierra tus ojos, querido
hijito. -ordennó Jingaro-. Ahora dime ¿puedes verme? -¡No, abuelo!, exclamó el niño. -Pero tú sabes que yo estoy aquí,
responndió Jingaro.
Los
niños soltaron la risa abriendo los ojos y exclamando: -Por supuesto que lo sabíamos, nosotros te vimos antes de cerrar
los ojos, además podíamos escucharte. -Pero aún sin verme u oírme, yo estaría aún aquí... respondió el anciano.
Los
jóvenes asintieron con la cabeza. -Y ahora, díganme ¿de qué otro modo podíían saber que yo me encuentro aquí?
El
silencio fue la respuesta. Sólo después de transcurrido un tiempo, la voz de Hana se escuchó... "Yo creo que podría sentir
que estás cerca de nosotros, abuelo". -¿Qué tratas de decirme...?, respondió JJingaro. -¡Qué puedo verte aún con los
ojos cerraados, abuelo!
Los
otros niños empezaron a reírse, pero el anciano con un gesto los detuvo. -Escuchen mis hijos. Existen muchas maneras de
conocer cosas sin verlas con los ojos o escucharlas en nuestros oídos. Estas habilidades son importantes. Pero valiosas...
por ejemplo, el Alma... si ustedes se esfuerzan concentrándose correctamente pueden llegar a desarrollar un nuevo tipo de
visión. Entonces ustedes estarán más allá de los límites de vuestros ojos y oídos.
Habían
transcurrido varios días de aquella conversación, cuando Jingaro, sentado en su silla preferida reparaba una antigua arma;
su pelo gris y cara surcada de arrugas reflejaban los años de dura labor, y aunque pasaba los 60, el viejo Samurai aún lucía
el vigor y la energía de hombres mucho más jóvenes.. Los quietos pensamientos del anciano fueron de improviso interrumpidos
por los gritos de su nuera y los relinchos de numerosos caballos que se acercaban.
-¡¡¿Qué
está sucediendo?, preguntó secamente el anciano... ¡Qué pasa... pero qué es lo que ocurre?, inquiría una y otra vez. Luego,
dirigiendo la vista al patio, sólo vio oscuridad.
De
pronto su nuera, gimiendo y llorando, entró al cuarto y llena de angustia exclamó. -¡Abuelo... abuelo! Por favor, cuide
a llos niños... Monjiro y sus bandidos han venido a robarnos, pero no sólo se llevaron el dinero, también han tomado prisioneros
a Hana y han colgado a mi esposo y se aprestan a asesinarlo... Colgándose de las ropas del anciano, le suplicó ¡Debes tomar
los niños y correr tratando de salvar sus vidas!
Jingaro
comprendió que la huida no era el camino correcto, reacciono como había sido entrenado años atrás. Instintivamente tomó su
arma que colgaba en la pared. Luego se dirigió al exterior. Aún en ese momento crucial, para el anciano fue un agrado tomar
nuevamente su arma (Kama-Hoz), de cuyo extremo pendía una cadena (Kusarigama). Jingaro escuchó los lamentos de la familia
de su hijo y la terrible risa de los bandidos. El cielo estaba oscuro y caminó rápidamente al centro del patio. De inmediato
voces a su alrededor cesaron y todos dirigieron su atención hacia el anciano que erguido los observó lentamente uno a uno. -¡¡¡Viejo
-exclamó en forma burlona uno de los bandidos-. ¿Qué crees tú que puedes hacer con esa arma? Los ancianos no pueden combatir
y ni siquiera puedes ver de noche... esa arma que traes necesita ser usada por un guerrero diestro, no por un anciano decrépito.
Jingaro,
sin perder la calma, murmuró. "Tomen lo que desean y dejad mi familia en paz. Si Uds. rehúsan hacerlo tendré que matarlos".
Dos de los hombres se acercaron ondeando sus espadas sobre la solitaria figura, pero cuando se encontraban a una distancia
adecuada, Jingaro atacó con su Kusarigama y en forma simultánea golpeó a uno de ellos en el cuello con la cadena y al otro
hirió mortalmente con la hoja afilada de su Kama (Hoz). Los dos hombres cayeron heridos de muerte y nuevamente la voz del
jefe de los bandidos se escuchó: "Así que eres un verdadero guerrero. Lamentablemente para tí está demasiado oscuro y nos
hubieras dado muchos problemas de haber contado con la claridad necesaria. Quedamos cuatro hombres, y todos tenemos excelente
vista. Prepárate a morir anciano."
Jingaro
no replicó y se preparó para el siguiente ataque, escuchando cuidadosamente los movimientos de sus enemigos. Rápidamente tres
de ellos tomaron posiciones rodeándole, él respondió haciendo girar su cadena; en pocos segundos el extremo de la cadena se
había convertido en un peligroso proyectil que giraba a una velocidad increíble. Jingaro haciendo un movimiento con su brazo
hizo que la cadena alcanzara a su adversario más próximo, al cual destrozó la cara, luego saltando al costado, el veterano
combatiente enrolló la cadena alrededor de la espada de uno de los bandidos y haciéndole perder el equilibrio lo atrajo hacia
él, matándole con la afilada hoja de su Kama. Antes que pudiese retomar su Kusarigama, el tercer asesino asestó un terrible
golpe con su espada en la espalda del anciano Jingaro, sintiendo que el frío acero invadía su cuerpo, recorrió a sus muchos
años de Yoroikumi-Uchi y volviéndose rápidamente con un poderoso movimiento envolvente, con sus piernas derribó a su sorprendido
adversario para después, con veloz movimiento de su corta espada, terminar la técnica abriendo el cuello a su enemigo. Jingaro
cubierto de sangre y mortalmente herido, enfrentó al líder de los bandidos Monjiro, el cual expresó: "Has llegado al final
del camino, anciano guerrero". Luego montando su caballo cargó contra el anciano, el cual lo esperaba con su ensangrentada
Kusarigama. Monjiro a medida que se acercaba blandía furiosamente su espada, pero Jingaro presintiendo el ataque, saltaba
en el último instante, evitando así los terrible golpes; el caballo volví una y otra vez, pero el anciano, el cual llegando
casi al límite de sus fuerzas, dobló sus rodillas en el suelo esperando el último y decisivo ataque.
Al
verlo arrodillado el bandido se acercó y levantando su espada se aprontó a descargar el último y mortal golpe. Jingaro decidido
a salvar su familia y su honor de Samurai, reuniendo sus últimas energías se levantó lentamente del suelo mientras escuchaba
el galope del caballo que se acercaba y en el momento apropiado evitó el ataque de la espada del bandido; luego con su cadena
alcanzó el brazo del atacante derribándole del corcel y finalmente con un golpe con la empuñadura de madera de su arma eliminó
al último de sus enemigos.
Jingaro
permaneció parado por breves instantes saboreando su más importante triunfo en su larga y brillante carrera de guerrero. Su
hijo, nuera y nietos que se habían liberado de sus ataduras, lo alcanzaron en el preciso instante que se desplomaba al suelo.
Jingaro trató de ver el cielo pero solamente vio tinieblas; los nietos lloraban desconsoladamente, pero el anciano sonriendo,
expresó: "Niños, por favor, recuerden lo que les he dicho, deben de tratar de ver más allá de sus ojos, cierren los ojos y
escuchen mi corazón".
Entonces,
Jingaro, ese anciano guerrero que había perdido la vista desde hacía más de 20 años, cerró sus ojos por última vez.
El Increíble Ki
Un Maestro de combate a mano desnuda enseñaba su arte en una ciudad de provincia. Su reputación era tal en la región
que nadie podía competir con el. Los demás profesores de artes marciales se encontraban sin discípulos. Un joven experto que
había decidido establecerse y enseñar en los alrededores quiso ir un día a provocar a este famoso Maestro con el fin de terminar
con su reinado.
El experto se presento en la escuela del Maestro. Un anciano le abrió la puerta y le pregunto que deseaba. El joven
anunció sin dudar su intención. El anciano, visiblemente contrariado, le explicó que esa idea era un suicidio ya que la eficacia
del Maestro era temible.
El experto, con el fin de impresionar a este viejo medio chocho que dudaba de su fuerza, cogió una plancha de madera
que andaba por allí y de un rodillazo la partió en dos. El anciano permaneció imperturbable. El visitante insistió de nuevo
en combatir con el Maestro, amenazando con romperlo todo para demostrar su determinación y sus capacidades. El buen hombre
le rogó que esperara un momento y desapareció.
Poco tiempo después volvió con un enorme trozo de bambú en la mano. Se lo dio al joven y le dijo:
- El Maestro tiene la costumbre de romper con un puñetazo los bambúes de este grosor. No puedo tomar en serio su petición
si usted no es capaz de hacer lo mismo.
El joven presuntuoso se esforzó en hacer con el bambú lo mismo que había hecho con la plancha de madera, pero finalmente
renunció, exhausto y con los miembros doloridos. Dijo que ningún hombre podía romper ese bambú con la mano desnuda. El anciano
replicó que el Maestro podía hacerlo. Aconsejó al visitante que abandonara su proyecto hasta el momento que fuera capaz de
hacer lo mismo. Abrumado, el experto juró volver y superar la prueba.
Durante dos años se entrenó intensivamente rompiendo bambúes. Sus músculos y su cuerpo se endurecían día a día. Sus
esfuerzos tuvieron sus frutos y un día se presentó de nuevo en la puerta de la escuela, seguro de sí. Fue recibido por el
mismo anciano. Exigió que le trajeran uno de esos famosos bambúes de la prueba y no tardo en calarlo entre dos piedras. Se
concentró durante algunos segundos, levanto la mano y lanzando un terrible grito rompió el bambú. Con una gran sonrisa de
satisfacción en los labios se volvió hacía el frágil anciano. Este le declaró un poco molesto:
- Decididamente soy imperdonable. Creo que he olvidado precisar un detalle: el Maestro rompe el bambú... sin tocarlo.
El joven, fuera de sí, contestó que no creía en las promesas de este Maestro cuya simple existencia no había podido
verificar.
En ese momento, el anciano cogió un bambú y lo ató a una cuerda que colgaba del techo. Después de haber respirado profundamente,
sin quitar los ojos de bambú, lanzó un terrible grito que surgió de lo más profundo de su ser, al mismo tiempo que su mano,
igual que un sable, hendió el aire y se detuvo a 5 centímetros del bambú... que saltó en pedazos.
Subyugado por el choque que acababa de recibir, el experto se quedó durante varios minutos sin poder decir un palabra,
estaba petrificado. Por último pidió humildemente perdón al anciano Maestro por su odioso comportamiento y le rogó que lo
aceptara como discípulo.
Sexto sentido
Tajima no kami paseabas por su jardín una hermosa tarde de primavera. Parecía completamente absorto en la contemplación
de los cerezos al sol. A algunos pasos detrás de él, un joven servidor le seguía llevando su sable. Una idea atravesó el espíritu
del joven:
"A pesar de toda la habilidad de mi Maestro en el manejo del sable, en este momento sería fácil atacarle por detrás,
ahora que parece tan fascinado con las flores del cerezo".
En ese preciso instante, Tajima no kami se volvió y comenzó a buscar algo alrededor de sí, como si quisiera descubrir
a alguien que se hubiera escondido. Inquieto, se puso a escudriñar todos los rincones del jardín. Al no encontrar a nadie,
se retiró a su habitación muy preocupado. El servidor acabó por preguntarle si se encontraba bien y si deseaba algo. Tajima
respondió:
- Estoy profundamente turbado por un incidente extraño que no puedo explicarme. Gracias a mi larga práctica de las
artes marciales, puedo presentir cualquier pensamiento agresivo contra mí. Justamente cuando estaba en el jardín me ha sucedido
esto. Pero aparte de tí no había nadie, ni siquiera un perro. Estoy descontento conmigo mismo, ya que no puedo justificar
mi percepción.
El joven servidor, después de saber esto, se acercó al Maestro y le confesó la idea que había tenido, cuando se encontraba
detrás de él. Humildemente le pidió perdón.
Tajima no kami se sintió aliviado y satisfecho, y volvió al jardín.
La enseñanza más importante
Un renombrado Maestro Zen dijo que su mayor enseñanza era esta: Buddha es tu propia mente. Impresionado por la profundidad
de esta idea, un monje decidió dejar el monasterio y retirarse al campo a meditar sobre este pensamiento. Allí pasó 20 años
como un hermitaño poniendo a prueba la gran enseñanza. Un día se encontró con otro monje que estaba viajando por el bosque.
Rápidamente el monje hermitaño se dio cuenta que el viajero también había estudiado con el mismo Maestro Zen. "Por favor,
dime lo que sabes sobre la gran enseñanza del Maestro". Los ojos del viajero se encendieron, "Ah, el Maestro ha sido muy claro
sobre esto. El dijo que su mayor enseñanza es esta: Buddha NO es tu propia mente."
Mente
en movimiento
Dos hombres estaban argumentando sobre una bandera flameando en el viento. "Es el viento lo que realmente se mueve",
afirmó el primero. "No, es la bandera lo que se mueve", aseguró el segundo. Un maestro Zen, que caminaba por allí, escuchó
el debate y los interrumpió. "Ni la bandera ni el viento se mueven", dijo, "es la MENTE que se mueve".

|

|

|

|

|

|

|

|

|

|

|

|

|

|

|

|
|

|

|

|
|

|
|

|
|
fuesistema de espionaje japonés, que floreció
" El Ninjitsu
"
El Ninjitsu fue, como tal, un sistema de espionaje japonés, que floreció entre los siglos Xlll y XVll; un período de tiempo
en el que lo "señores de la guerra" luchaban por el poder. Los "Ninjas", guerreros japoneses que practicaban ese arte, eran
considerados como espías, asesinos y terroristas por los denominados "señores". Cuando había misiones de todo punto imposible
para los guerreros normales, estaban las familias "Ninjas" que se otorgaban al mejor postor. Aunque estos servicios eran ofrecidos
a cualquiera que pudiera pagarlos, las familias de Iga y Koga, brillaban por derecho propio y eran dueños absolutos del territorio
en donde vivían. En ninjitsu apareció durante el siglo lX por medio de las familias que vivían en las montañas en las afueras
de Kyoto, quienes precticaban artes traídas de China y más concretamente de la zona del Tibet. Este tipo de artes y enseñanzas
eran o estaban basadas en la observación de la naturaleza de los monjes chinos, que en la mayoría de los casos eran prófugos
de la política de su país. Habían escapado de China durante la dinastía Tang. Durante aquella época las enseñanzas religiosas
del gobierno estaban en oposición directa a este tipo de enseñanzas o prácticas. Como resultado de ello, hubo una serie de
separaciones considerables y los grupos ninja se marcharon de los centros urbanos. Fue por esta época cuando los ninja comenzaron
a convertir sus técnicas y habilidades en un método de supervivencia. Eran presas del gobierno. Debido a sus connotaciones,
los ninjas nunca tuvieron nombres dentro de sus clanes, al igual que los samurais, sino que por el contrario solían permanecer
de forma anónima y viviendo en grupos, aunque de forma dispersa unos de otros. El ninjitsu fue un "arte de las sombras" que
evolucionó de forma y en dirección contraria a las normas establecidas por los guerreros Samurai y su código de honor. El
Samurai tenía un nombre, una familia, un código de honor que mantener, etc... el ninja no tenía un nombre que proteger, su
misión era terminar el trabajo encomendado. Sus medios, ser silencioso y cauto... pero letal al mismo tiempo. Contrariamente
al enfrentamiento cara a cara del Samurai, los ninjas preferían la oscuridad, el engaño, etc... como medios para llevar a
cabo su tarea encomendada. Su mayor reconocimiento ocurrió en el siglo Xlll. El motivo era que los ninja podían llevar a cabo
una serie de misiones que el Samurai, o bien no podía por su posición o bien no estaba capacitado para ello. Esta fue el motivo
por el cual el arte del Ninjitsu volvió a florecer y estuvo en gran demanda. Cuando los grupos de Ninjas se dieron cuenta
de su valor y del "poder" de sus técnicas en aquellos enfrentamientos entre señores Samurais, llegaron a convertirlo en su
profesión. Eran pagados por realizar misiones... que podían conducir a la muerte. Muchos de estos practicantes habían abandonado
las facetas de tipo religioso asociadas con el arte 300 años antes, convirtiéndolo en una ciencia estrictamente de dimensiones
militares. Las leyendas nos cuentan que los ninjas eran capaces de realizar hechos y misiones sin parangón en las historias
actuales de la ciencia ficción. El ninja incorporaba la disciplina del Bushido con las diferentes técnicas de combate como
"Iaijitsu" (uso de la espada) "Yarijitsu" (uso de la lanza), "Bojutsu" (uso del palo largo), "Kyujutsu" (arte de la arquería),
etc... El guerrero ninja no sólo era diestro en el manejo de este tipo de armas tradicionales sino que por el contrario dominaba
de forma asombrosa una serie de aparatos e instrumentos como dardos, cuchillos , dagas arrojadizas, ganchos, cuerdas, bombas
de humo, estrellas (shuriken),... junto a un largo etc. que eran parte integrante de su arsenal de combate. Además de este
tipo de entrenamiento, el ninja era capaz de ejercer un asombroso control de su respiración y sistema muscular. Los expertos
podían realizar hechos como, permanecer largo tiempo debajo del agua, parecer muerto ante sus oponentes por medio del control
de la respiración e incluso dislocarse ciertas articulaciones del cuerpo para escaparse de los nudos o correajes que le habían
puesto si había sido capturado. Su entrenamiento solía empezar cuando eran niños, debido a esto, podían correr más que un
humano normal, saltar más alto y nadar más distancia que otras personas. Lo que les hacía parecer seres "mágicos". Era capaz
de escalar fortalezas que harían asustarse incluso a un Samurai. Si la ocasión lo requería el ninja era un verdadero maestro
y artista de las técnicas de escape. Podía esconderse debajo del suelo, en el techo, e incluso permanecer, como ya se ha mencionado,
horas debajo del agua... esta vez con el uso de pajas y hojas para respirar. Tenían una habilidad asombrosa para camuflarse
con el terreno y desaparecer enfrente de los oponentes. La razón de su vestimenta, en color negro, era que la mayoría de sus
misiones se efectuaban por la noche y este traje negro ("Shozoku") le ayudaba a pasar desapercibido... convirtiéndose en "una
sombra nocturna". Durante el invierno, y debido a la nieve, cambiaba su uniforme por el color blanco con el fin de identificarse
aún más con la naturaleza y no ser visto llegó a darle al ninja el calificativo de "asesino invisible". Años más tarde se
ligó este aspecto al arte de tal manera que el "Ninjutsu" fue, y aún sigue siendo, llamado "el arte de la invisibilidad".
El ninja era un consumado actor y un verdadero maestro de los disfraces. Un día podía vestirse de monje y al siguiente aparecer
tanto de carpintero como de soldado. Según la creencia más extendida, el ninja nunca aparecía en público sin un disfraz. Debido
a sus constantes cambios de localización, el guerrero ninja llegaba a adoptar por completo las costumbres, el dialecto y el
estilo de vida que los habitantes del lugar en donde se encontrara. Cuando era enviado a una misión, lo primero que hacía
era estudiar minuciosamente el terreno, de forma que en un momento dado supiera la localización perfecta del lugar, los sitios
para esconderse y las rutas más convenientes para su acceso y escape. Como experto en el terreno de la supervivencia, el ninja
era un excelente cocinero, un destacado farmacéutico y un asombroso químico. No solo preparaba su propia comida, sino que
lo mismo hacía con los venenos, las bombas y otro tipo de ayudas para su misión. Eran contratados, la mayoría de las veces,
para robar información de guerra, despistar al contrario e incluso matar a un enemigo en concreto. Curiosamente las misiones
más complicadas y difíciles eran aceptadas tanto por el desafío que en sí suponían como por el dinero pagado por efectuarla.
Cuando un ninja moría, otro nuevo miembro recien nacido en la familia le sucedía. Muy pocos extraños y ajenos al clan familiar
llegaban a recibir instrucción en las artes del Ninjutsu. El permanecer en secreto era parte primordial de la existencia del
clan, por ello la desconfianza era natural, y los Maestros del Arte eran desconocidos. Los traidores por los cuales los ninjas
eran descubiertos, eran principalmente algún familiar. El verdadero ninja llegaba a suicidarse antes que dejarse atrapar y
ser torturado. La razón era bien clara. La pena por los "señores" guerreros a los ninjas capturados, era o bien quemarlos
vivos o despellejarlos hasta morir. La unificación de Japón trajo como consecuencia un alto en la evolución guerrera de los
ninja como tales. Se llegó a tal grado en el siglo XVll que la mera mención del nombre podría acarrear la muerte como castigo.
Debido a la nueva ley, solo un pequeño grupo continuó practicando el arte siendo más secreto que nunca. Bajo este tipo de
condiciones, el arte del Ninjitsu, llegó a ser un arte en extinción. En la actualidad solo unos pocos Maestros del arte continúan
su enseñanza. "
fue, como tal, un sistema de espionaje japonés, que floreció entre los siglos Xlll
y XVll; un período de tiempo en el que lo "señores de la guerra" luchaban por el poder. Los "Ninjas", guerreros japoneses
que practicaban ese arte, eran considerados como espías, asesinos y terroristas por los denominados "señores". Cuando había
misiones de todo punto imposible para los guerreros normales, estaban las familias "Ninjas" que se otorgaban al mejor postor.
Aunque estos servicios eran ofrecidos a cualquiera que pudiera pagarlos, las familias de Iga y Koga, brillaban por derecho
propio y eran dueños absolutos del territorio en donde vivían. En ninjitsu apareció durante el siglo lX por medio de las familias
que vivían en las montañas en las afueras de Kyoto, quienes precticaban artes traídas de China y más concretamente de la zona
del Tibet. Este tipo de artes y enseñanzas eran o estaban basadas en la observación de la naturaleza de los monjes chinos,
que en la mayoría de los casos eran prófugos de la política de su país. Habían escapado de China durante la dinastía Tang.
Durante aquella época las enseñanzas religiosas del gobierno estaban en oposición directa a este tipo de enseñanzas o prácticas.
Como resultado de ello, hubo una serie de separaciones considerables y los grupos ninja se marcharon de los centros urbanos.
Fue por esta época cuando los ninja comenzaron a convertir sus técnicas y habilidades en un método de supervivencia. Eran
presas del gobierno. Debido a sus connotaciones, los ninjas nunca tuvieron nombres dentro de sus clanes, al igual que los
samurais, sino que por el contrario solían permanecer de forma anónima y viviendo en grupos, aunque de forma dispersa unos
de otros. El ninjitsu fue un "arte de las sombras" que evolucionó de forma y en dirección contraria a las normas establecidas
por los guerreros Samurai y su código de honor. El Samurai tenía un nombre, una familia, un código de honor que mantener,
etc... el ninja no tenía un nombre que proteger, su misión era terminar el trabajo encomendado. Sus medios, ser silencioso
y cauto... pero letal al mismo tiempo. Contrariamente al enfrentamiento cara a cara del Samurai, los ninjas preferían la oscuridad,
el engaño, etc... como medios para llevar a cabo su tarea encomendada. Su mayor reconocimiento ocurrió en el siglo Xlll. El
motivo era que los ninja podían llevar a cabo una serie de misiones que el Samurai, o bien no podía por su posición o bien
no estaba capacitado para ello. Esta fue el motivo por el cual el arte del Ninjitsu volvió a florecer y estuvo en gran demanda.
Cuando los grupos de Ninjas se dieron cuenta de su valor y del "poder" de sus técnicas en aquellos enfrentamientos entre señores
Samurais, llegaron a convertirlo en su profesión. Eran pagados por realizar misiones... que podían conducir a la muerte. Muchos
de estos practicantes habían abandonado las facetas de tipo religioso asociadas con el arte 300 años antes, convirtiéndolo
en una ciencia estrictamente de dimensiones militares. Las leyendas nos cuentan que los ninjas eran capaces de realizar hechos
y misiones sin parangón en las historias actuales de la ciencia ficción. El ninja incorporaba la disciplina del Bushido con
las diferentes técnicas de combate como "Iaijitsu" (uso de la espada) "Yarijitsu" (uso de la lanza), "Bojutsu" (uso del palo
largo), "Kyujutsu" (arte de la arquería), etc... El guerrero ninja no sólo era diestro en el manejo de este tipo de armas
tradicionales sino que por el contrario dominaba de forma asombrosa una serie de aparatos e instrumentos como dardos, cuchillos
, dagas arrojadizas, ganchos, cuerdas, bombas de humo, estrellas (shuriken),... junto a un largo etc. que eran parte integrante
de su arsenal de combate. Además de este tipo de entrenamiento, el ninja era capaz de ejercer un asombroso control de su respiración
y sistema muscular. Los expertos podían realizar hechos como, permanecer largo tiempo debajo del agua, parecer muerto ante
sus oponentes por medio del control de la respiración e incluso dislocarse ciertas articulaciones del cuerpo para escaparse
de los nudos o correajes que le habían puesto si había sido capturado. Su entrenamiento solía empezar cuando eran niños, debido
a esto, podían correr más que un humano normal, saltar más alto y nadar más distancia que otras personas. Lo que les hacía
parecer seres "mágicos". Era capaz de escalar fortalezas que harían asustarse incluso a un Samurai. Si la ocasión lo requería
el ninja era un verdadero maestro y artista de las técnicas de escape. Podía esconderse debajo del suelo, en el techo, e incluso
permanecer, como ya se ha mencionado, horas debajo del agua... esta vez con el uso de pajas y hojas para respirar. Tenían
una habilidad asombrosa para camuflarse con el terreno y desaparecer enfrente de los oponentes. La razón de su vestimenta,
en color negro, era que la mayoría de sus misiones se efectuaban por la noche y este traje negro ("Shozoku") le ayudaba a
pasar desapercibido... convirtiéndose en "una sombra nocturna". Durante el invierno, y debido a la nieve, cambiaba su uniforme
por el color blanco con el fin de identificarse aún más con la naturaleza y no ser visto llegó a darle al ninja el calificativo
de "asesino invisible". Años más tarde se ligó este aspecto al arte de tal manera que el "Ninjutsu" fue, y aún sigue siendo,
llamado "el arte de la invisibilidad". El ninja era un consumado actor y un verdadero maestro de los disfraces. Un día podía
vestirse de monje y al siguiente aparecer tanto de carpintero como de soldado. Según la creencia más extendida, el ninja nunca
aparecía en público sin un disfraz. Debido a sus constantes cambios de localización, el guerrero ninja llegaba a adoptar por
completo las costumbres, el dialecto y el estilo de vida que los habitantes del lugar en donde se encontrara. Cuando era enviado
a una misión, lo primero que hacía era estudiar minuciosamente el terreno, de forma que en un momento dado supiera la localización
perfecta del lugar, los sitios para esconderse y las rutas más convenientes para su acceso y escape. Como experto en el terreno
de la supervivencia, el ninja era un excelente cocinero, un destacado farmacéutico y un asombroso químico. No solo preparaba
su propia comida, sino que lo mismo hacía con los venenos, las bombas y otro tipo de ayudas para su misión. Eran contratados,
la mayoría de las veces, para robar información de guerra, despistar al contrario e incluso matar a un enemigo en concreto.
Curiosamente las misiones más complicadas y difíciles eran aceptadas tanto por el desafío que en sí suponían como por el dinero
pagado por efectuarla. Cuando un ninja moría, otro nuevo miembro recien nacido en la familia le sucedía. Muy pocos extraños
y ajenos al clan familiar llegaban a recibir instrucción en las artes del Ninjutsu. El permanecer en secreto era parte primordial
de la existencia del clan, por ello la desconfianza era natural, y los Maestros del Arte eran desconocidos. Los traidores
por los cuales los ninjas eran descubiertos, eran principalmente algún familiar. El verdadero ninja llegaba a suicidarse antes
que dejarse atrapar y ser torturado. La razón era bien clara. La pena por los "señores" guerreros a los ninjas capturados,
era o bien quemarlos vivos o despellejarlos hasta morir. La unificación de Japón trajo como consecuencia un alto en la evolución
guerrera de los ninja como tales. Se llegó a tal grado en el siglo XVll que la mera mención del nombre podría acarrear la
muerte como castigo. Debido a la nueva ley, solo un pequeño grupo continuó practicando el arte siendo más secreto que nunca.
Bajo este tipo de condiciones, el arte del Ninjitsu, llegó a ser un arte en extinción. En la actualidad solo unos pocos Maestros
del arte continúan su enseñanza. "
entre los siglos Xlll y XVll; un período de tiempo en el que
lo "señores de la guerra" luchaban por el poder. Los "Ninjas", guerreros japoneses que practicaban ese arte, eran considerados
como espías, asesinos y terroristas por los denominados "señores". Cuando había misiones de todo punto im
" El Ninjitsu fue, como tal, un sistema de espionaje japonés, que floreció entre los siglos Xlll y XVll; un período
de tiempo en el que lo "señores de la guerra" luchaban por el poder. Los "Ninjas", guerreros japoneses que practicaban ese
arte, eran considerados como espías, asesinos y terroristas por los denominados "señores". Cuando había misiones de todo punto
imposible para los guerreros normales, estaban las familias "Ninjas" que se otorgaban al mejor postor. Aunque estos servicios
eran ofrecidos a cualquiera que pudiera pagarlos, las familias de Iga y Koga, brillaban por derecho propio y eran dueños absolutos
del territorio en donde vivían. En ninjitsu apareció durante el siglo lX por medio de las familias que vivían en las montañas
en las afueras de Kyoto, quienes precticaban artes traídas de China y más concretamente de la zona del Tibet. Este tipo de
artes y enseñanzas eran o estaban basadas en la observación de la naturaleza de los monjes chinos, que en la mayoría de los
casos eran prófugos de la política de su país. Habían escapado de China durante la dinastía Tang. Durante aquella época las
enseñanzas religiosas del gobierno estaban en oposición directa a este tipo de enseñanzas o prácticas. Como resultado de ello,
hubo una serie de separaciones considerables y los grupos ninja se marcharon de los centros urbanos. Fue por esta época cuando
los ninja comenzaron a convertir sus técnicas y habilidades en un método de supervivencia. Eran presas del gobierno. Debido
a sus connotaciones, los ninjas nunca tuvieron nombres dentro de sus clanes, al igual que los samurais, sino que por el contrario
solían permanecer de forma anónima y viviendo en grupos, aunque de forma dispersa unos de otros. El ninjitsu fue un "arte
de las sombras" que evolucionó de forma y en dirección contraria a las normas establecidas por los guerreros Samurai y su
código de honor. El Samurai tenía un nombre, una familia, un código de honor que mantener, etc... el ninja no tenía un nombre
que proteger, su misión era terminar el trabajo encomendado. Sus medios, ser silencioso y cauto... pero letal al mismo tiempo.
Contrariamente al enfrentamiento cara a cara del Samurai, los ninjas preferían la oscuridad, el engaño, etc... como medios
para llevar a cabo su tarea encomendada. Su mayor reconocimiento ocurrió en el siglo Xlll. El motivo era que los ninja podían
llevar a cabo una serie de misiones que el Samurai, o bien no podía por su posición o bien no estaba capacitado para ello.
Esta fue el motivo por el cual el arte del Ninjitsu volvió a florecer y estuvo en gran demanda. Cuando los grupos de Ninjas
se dieron cuenta de su valor y del "poder" de sus técnicas en aquellos enfrentamientos entre señores Samurais, llegaron a
convertirlo en su profesión. Eran pagados por realizar misiones... que podían conducir a la muerte. Muchos de estos practicantes
habían abandonado las facetas de tipo religioso asociadas con el arte 300 años antes, convirtiéndolo en una ciencia estrictamente
de dimensiones militares. Las leyendas nos cuentan que los ninjas eran capaces de realizar hechos y misiones sin parangón
en las historias actuales de la ciencia ficción. El ninja incorporaba la disciplina del Bushido con las diferentes técnicas
de combate como "Iaijitsu" (uso de la espada) "Yarijitsu" (uso de la lanza), "Bojutsu" (uso del palo largo), "Kyujutsu" (arte
de la arquería), etc... El guerrero ninja no sólo era diestro en el manejo de este tipo de armas tradicionales sino que por
el contrario dominaba de forma asombrosa una serie de aparatos e instrumentos como dardos, cuchillos , dagas arrojadizas,
ganchos, cuerdas, bombas de humo, estrellas (shuriken),... junto a un largo etc. que eran parte integrante de su arsenal de
combate. Además de este tipo de entrenamiento, el ninja era capaz de ejercer un asombroso control de su respiración y sistema
muscular. Los expertos podían realizar hechos como, permanecer largo tiempo debajo del agua, parecer muerto ante sus oponentes
por medio del control de la respiración e incluso dislocarse ciertas articulaciones del cuerpo para escaparse de los nudos
o correajes que le habían puesto si había sido capturado. Su entrenamiento solía empezar cuando eran niños, debido a esto,
podían correr más que un humano normal, saltar más alto y nadar más distancia que otras personas. Lo que les hacía parecer
seres "mágicos". Era capaz de escalar fortalezas que harían asustarse incluso a un Samurai. Si la ocasión lo requería el ninja
era un verdadero maestro y artista de las técnicas de escape. Podía esconderse debajo del suelo, en el techo, e incluso permanecer,
como ya se ha mencionado, horas debajo del agua... esta vez con el uso de pajas y hojas para respirar. Tenían una habilidad
asombrosa para camuflarse con el terreno y desaparecer enfrente de los oponentes. La razón de su vestimenta, en color negro,
era que la mayoría de sus misiones se efectuaban por la noche y este traje negro ("Shozoku") le ayudaba a pasar desapercibido...
convirtiéndose en "una sombra nocturna". Durante el invierno, y debido a la nieve, cambiaba su uniforme por el color blanco
con el fin de identificarse aún más con la naturaleza y no ser visto llegó a darle al ninja el calificativo de "asesino invisible".
Años más tarde se ligó este aspecto al arte de tal manera que el "Ninjutsu" fue, y aún sigue siendo, llamado "el arte de la
invisibilidad". El ninja era un consumado actor y un verdadero maestro de los disfraces. Un día podía vestirse de monje y
al siguiente aparecer tanto de carpintero como de soldado. Según la creencia más extendida, el ninja nunca aparecía en público
sin un disfraz. Debido a sus constantes cambios de localización, el guerrero ninja llegaba a adoptar por completo las costumbres,
el dialecto y el estilo de vida que los habitantes del lugar en donde se encontrara. Cuando era enviado a una misión, lo primero
que hacía era estudiar minuciosamente el terreno, de forma que en un momento dado supiera la localización perfecta del lugar,
los sitios para esconderse y las rutas más convenientes para su acceso y escape. Como experto en el terreno de la supervivencia,
el ninja era un excelente cocinero, un destacado farmacéutico y un asombroso químico. No solo preparaba su propia comida,
sino que lo mismo hacía con los venenos, las bombas y otro tipo de ayudas para su misión. Eran contratados, la mayoría de
las veces, para robar información de guerra, despistar al contrario e incluso matar a un enemigo en concreto. Curiosamente
las misiones más complicadas y difíciles eran aceptadas tanto por el desafío que en sí suponían como por el dinero pagado
por efectuarla. Cuando un ninja moría, otro nuevo miembro recien nacido en la familia le sucedía. Muy pocos extraños y ajenos
al clan familiar llegaban a recibir instrucción en las artes del Ninjutsu. El permanecer en secreto era parte primordial de
la existencia del clan, por ello la desconfianza era natural, y los Maestros del Arte eran desconocidos. Los traidores por
los cuales los ninjas eran descubiertos, eran principalmente algún familiar. El verdadero ninja llegaba a suicidarse antes
que dejarse atrapar y ser torturado. La razón era bien clara. La pena por los "señores" guerreros a los ninjas capturados,
era o bien quemarlos vivos o despellejarlos hasta morir. La unificación de Japón trajo como consecuencia un alto en la evolución
guerrera de los ninja como tales. Se llegó a tal grado en el siglo XVll que la mera mención del nombre podría acarrear la
muerte como castigo. Debido a la nueva ley, solo un pequeño grupo continuó practicando el arte siendo más secreto que nunca.
Bajo este tipo de condiciones, el arte del Ninjitsu, llegó a ser un arte en extinción. En la actualidad solo unos pocos Maestros
del arte continúan su enseñanza. "
posible para los guerreros normales, estaban las familias "Ninjas"
que se otorgaban al mejor postor. Aunque estos servicios eran ofrecidos a cualquiera que pudiera pagarlos, las familias de
Iga y Koga, brillaban por derecho propio y eran dueños absolutos del territorio en donde vivían. En ninjitsu apareció durante
el siglo lX por medio de las familias que vivían en las montañas en las afueras de Kyoto, quienes precticaban artes traídas
de China y más concretamente de la zona del Tibet. Este tipo de artes y enseñanzas eran o estaban basadas en la observación
de la naturaleza de los monjes chinos, que en la mayoría de los casos eran prófugos de la política de su país. Habían escapado
de China durante la dinastía Tang. Durante aquella época las enseñanzas religiosas del gobierno estaban en oposición directa
a este tipo de enseñanzas o prácticas. Como resultado de ello, hubo una serie de separaciones considerables y los grupos ninja
se marcharon de los centros urbanos. Fue por esta época cuando los ninja comenzaron a convertir sus técnicas y habilidades
en un método de supervivencia. Eran presas del gobierno. Debido a sus connotaciones, los ninjas nunca tuvieron nombres dentro
de sus clanes, al igual que los samurais, sino que por el contrario solían permanecer de forma anónima y viviendo en grupos,
aunque de forma dispersa unos de otros. El ninjitsu fue un "arte de las sombras" que evolucionó de forma y en dirección contraria
a las normas establecidas por los guerreros Samurai y su código de honor. El Samurai tenía un nombre, una familia, un código
de honor que mantener, etc... el ninja no tenía un nombre que proteger, su misión era terminar el trabajo encomendado. Sus
medios, ser silencioso y cauto... pero letal al mismo tiempo. Contrariamente al enfrentamiento cara a cara del Samurai, los
ninjas preferían la oscuridad, el engaño, etc... como medios para llevar a cabo su tarea encomendada. Su mayor reconocimiento
ocurrió en el siglo Xlll. El motivo era que los ninja podían llevar a cabo una serie de misiones que el Samurai, o bien no
podía por su posición o bien no estaba capacitado para ello. Esta fue el motivo por el cual el arte del Ninjitsu volvió a
florecer y estuvo en gran demanda. Cuando los grupos de Ninjas se dieron cuenta de su valor y del "poder" de sus técnicas
en aquellos enfrentamientos entre señores Samurais, llegaron a convertirlo en su profesión. Eran pagados por realizar misiones...
que podían conducir a la muerte. Muchos de estos practicantes habían abandonado las facetas de tipo religioso asociadas con
el arte 300 años antes, convirtiéndolo en una ciencia estrictamente de dimensiones militares. Las leyendas nos cuentan que
los ninjas eran capaces de realizar hechos y misiones sin parangón en las historias actuales de la ciencia ficción. El ninja
incorporaba la disciplina del Bushido con las diferentes técnicas de combate como "Iaijitsu" (uso de la espada) "Yarijitsu"
(uso de la lanza), "Bojutsu" (uso del palo largo), "Kyujutsu" (arte de la arquería), etc... El guerrero ninja no sólo era
diestro en el manejo de este tipo de armas tradicionales sino que por el contrario dominaba de forma asombrosa una serie de
aparatos e instrumentos como dardos, cuchillos , dagas arrojadizas, ganchos, cuerdas, bombas de humo, estrellas (shuriken),...
junto a un largo etc. que eran parte integrante de su arsenal de combate. Además de este tipo de entrenamiento, el ninja era
capaz de ejercer un asombroso control de su respiración y sistema muscular. Los expertos podían realizar hechos como, permanecer
largo tiempo debajo del agua, parecer muerto ante sus oponentes por medio del control de la respiración e incluso dislocarse
ciertas articulaciones del cuerpo para escaparse de los nudos o correajes que le habían puesto si había sido capturado. Su
entrenamiento solía empezar cuando eran niños, debido a esto, podían correr más que un humano normal, saltar más alto y nadar
más distancia que otras personas. Lo que les hacía parecer seres "mágicos". Era capaz de escalar fortalezas que harían asustarse
incluso a un Samurai. Si la ocasión lo requería el ninja era un verdadero maestro y artista de las técnicas de escape. Podía
esconderse debajo del suelo, en el techo, e incluso permanecer, como ya se ha mencionado, horas debajo del agua... esta vez
con el uso de pajas y hojas para respirar. Tenían una habilidad asombrosa para camuflarse con el terreno y desaparecer enfrente
de los oponentes. La razón de su vestimenta, en color negro, era que la mayoría de sus misiones se efectuaban por la noche
y este traje negro ("Shozoku") le ayudaba a pasar desapercibido... convirtiéndose en "una sombra nocturna". Durante el invierno,
y debido a la nieve, cambiaba su uniforme por el color blanco con el fin de identificarse aún más con la naturaleza y no ser
visto llegó a darle al ninja el calificativo de "asesino invisible". Años más tarde se ligó este aspecto al arte de tal manera
que el "Ninjutsu" fue, y aún sigue siendo, llamado "el arte de la invisibilidad". El ninja era un consumado actor y un verdadero
maestro de los disfraces. Un día podía vestirse de monje y al siguiente aparecer tanto de carpintero como de soldado. Según
la creencia más extendida, el ninja nunca aparecía en público sin un disfraz. Debido a sus constantes cambios de localización,
el guerrero ninja llegaba a adoptar por completo las costumbres, el dialecto y el estilo de vida que los habitantes del lugar
en donde se encontrara. Cuando era enviado a una misión, lo primero que hacía era estudiar minuciosamente el terreno, de forma
que en un momento dado supiera la localización perfecta del lugar, los sitios para esconderse y las rutas más convenientes
para su acceso y escape. Como experto en el terreno de la supervivencia, el ninja era un excelente cocinero, un destacado
farmacéutico y un asombroso químico. No solo preparaba su propia comida, sino que lo mismo hacía con los venenos, las bombas
y otro tipo de ayudas para su misión. Eran contratados, la mayoría de las veces, para robar información de guerra, despistar
al contrario e incluso matar a un enemigo en concreto. Curiosamente las misiones más complicadas y difíciles eran aceptadas
tanto por el desafío que en sí suponían como por el dinero pagado por efectuarla. Cuando un ninja moría, otro nuevo miembro
recien nacido en la familia le sucedía. Muy pocos extraños y ajenos al clan familiar llegaban a recibir instrucción en las
artes del Ninjutsu. El permanecer en secreto era parte primordial de la existencia del clan, por ello la desconfianza era
natural, y los Maestros del Arte eran desconocidos. Los traidores por los cuales los ninjas eran descubiertos, eran principalmente
algún familiar. El verdadero ninja llegaba a suicidarse antes que dejarse atrapar y ser torturado. La razón era bien clara.
La pena por los "señores" guerreros a los ninjas capturados, era o bien quemarlos vivos o despellejarlos hasta morir. La unificación
de Japón trajo como consecuencia un alto en la evolución guerrera de los ninja como tales. Se llegó a tal grado en el siglo
XVll que la mera mención del nombre podría acarrear la muerte como castigo. Debido a la nueva ley, solo un pequeño grupo continuó
practicando el arte siendo más secreto que nunca. Bajo este tipo de condiciones, el arte del Ninjitsu, llegó a ser un arte
en extinción. En la actualidad solo unos pocos Maestros del arte continúan su enseñanza. "
www.cnn.com
Here's a link to the site of the company I work for:
www.trellix.com
Here's a link to a friend's site:
www.myfriend.com
|

|

|